«¡Cómo se nota que el banco no es de nadie!»

Para un directivo de empresa, uno de los momentos más difíciles  se produce cuando tienen que reestructurar las compañías. No es plato de buen gusto para nadie tener que despedir a una parte de la plantilla, no obstante, la buena gestión de esos procesos de reestructuración es clave para un mejor desarrollo de las compañías a futuro.

Puedes leer el artículo completo en El Confidencial, en el blog de Rumbo Inversor de Juan Gómez Bada