El dinero en cuenta y depósitos a fondos monetarios

Tras la crisis de crédito que se produjo en 2008, los bancos han estado ofreciendo mayores rentabilidades en sus depósitos o cuentas remuneradas que el rendimiento que se podía esperar de los fondos monetarios o de la renta fija a corto plazo. Esto ha hecho que los fondos monetarios hayan estando 15 años fuera de juego.

Si previo a la crisis los monetarios ofrecían rendimientos ligeramente superiores a los depósitos, la crisis del 2008 inició una guerra por el pasivo por parte de los bancos que llegaban a ofrecer rentabilidades entre el 4 y el 6% en busca de la financiación que se les negaba en los mercados de capitales.

Cuando finalizó la crisis de 2014, estas rentabilidades se desplomaron aunque los rendimientos de los fondos monetarios fueron incluso peores, teniendo por tanto un solo destino: perder dinero.

No obstante, en el último año, la situación ha dado un giro de 180 grados. El interés medio de los depósitos ronda el 0,5%, mientras que las letras y el Euribor a 6 meses se sitúan en el 2,6% y el 2,8% respectivamente y siguen en ascenso.

Esto ya por si mismo hace más interesante la inversión en fondos monetarios, pero veamos dos factores muy relevantes que hacen que el diferencial de los fondos monetarios frente a los depósitos y cuentas remuneradas se pueda esperar que sea mayor al que se producía antes de la crisis de 2008.

En primer lugar, razones regulatorias: mantener el dinero en el fondo de garantía es más caro a día de hoy, y la ratio de capital exigido a las entidades es mayor.

En segundo lugar, las comisiones de los fondos monetarios y de renta fija a corto plazo es menor ahora que hace 15 años. Además, hay razones para pensar que esto no cambiará de manera inmediata.

Podemos añadir una tercera razón: ¿Quién se lleva mayor parte de la rentabilidad si se invierte en fondos o en depósitos?

Puedes leer el artículo completo en el blog Rumbo inversor de El confidencial