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Cuatro grandes cambios en la inversión en la última década

La Real Academia Española (RAE) nos indica que la segunda década del siglo XXI acabará el 31 de diciembre de 2020. Sin embargo, muchos consideramos que en unos días dejaremos atrás los años 10 y entraremos en los años 20. Dejando a un lado este debate, veamos qué cambios ha sufrido la inversión en los últimos diez años.

Detrás del precio de mercado

Cuánto valen unos pantalones? ¿Qué precio tiene un kilo de tomates? ¿A cuánto está el kilo de lubina? ¿Cuánto cuesta un café? Usted sabe que no hay un único precio para cada uno de estos productos. Depende de dónde lo compres, a quién, cuánta cantidad, del momento de la compra, de la calidad del producto, etcétera. Sin embargo, en los mercados financieros se tiende a pensar que solamente hay un precio para cada tipo de activo, el que aparece en la pantalla o en el periódico al día siguiente.

¿Qué ocurriría si hoy el BCE subiera los tipos de interés un 0,75%?

Christine Lagarde, preside hoy su primera reunión de política monetaria al frente del BCE, y anunció hace unas semanas una revisión estratégica de la política monetaria de la eurozona. Seguirá impulsando el crecimiento económico y velando por la estabilidad de precios, pero el mix de herramientas (tipos de interés, compras de activos, objetivo de inflación, etcétera) a utilizar podría variar en función de la revisión mencionada.

Gestión pasiva: el mercado evoluciona, cuidado con la estadística

¿Por qué eran AAA las hipotecas subprime? Las agencias de rating no estaban locas. Tenían una base científica para afirmarlo. basándose en las tablas históricas de morosidad y de evolución del precio de la vivienda podían justificar que la probabilidad de impago de los tramos más seguros de las titulizaciones hipotecarias era muy bajo. Era estadísticamente similar al de las empresas menos endeudadas y con ingresos más estables.

¿Por qué preocupa la liquidez de los fondos?

Los fondos de inversión actúan como lo hacen los bancos. Pueden dar liquidez de un día para otro a los partícipes porque pueden valorarse diariamente y teniendo en cuenta que asumen que cada día serán unos pocos los que entren o salgan de los fondos. Si todos los partícipes decidieran salir a la vez sin previo aviso, la mayoría de fondos no podrían cumplir con el nivel de liquidez que ofrecen habitualmente.

Atención a China

La última recesión que ha conocido China ocurrió hace más de 40 años. Desde 1977 su economía ha crecido, en media, más de un 9% anual y varios cientos de millones de chinos han salido de la pobreza en este tiempo. China es un ejemplo de que los ciclos económicos se pueden combatir con una política económica adecuada, y visión de largo plazo.

Si quiebra un Estado de la eurozona, ¿quiebran los bancos?

En teoría, sí. Quebraría la práctica totalidad de los bancos de ese Estado y algunos bancos de otros países. El motivo no es otro que el hecho de que los bancos nacionales son los principales acreedores de las administraciones públicas, en todos sus niveles. ¿Qué ocurrió cuando quebró Grecia? Hizo una “quiebra selectiva” (selective default). Siguió pagando a las entidades de crédito nacionales, pero no a los acreedores internacionales. Por ese motivo, no quebraron los bancos griegos, pero al poco tiempo colapsaron los bancos chipriotas, altamente expuestos a la deuda griega.

Proliferan los 'parkings' de dinero estructurados

En un entorno de tipos negativos, los inversores más conservadores se van a conforman con no perder dinero en términos nominales, aunque asumirán que la inflación se comerá parte del poder adquisitivo de su patrimonio. Por otro lado, los bancos no quieren que sus clientes dejen su capital en la cuenta corriente porque eso les cuesta dinero. Por ello, se han lanzado a ofrecer productos a largo plazo con garantía de capital. Me refiero a depósitos estructurados garantizados, a los fondos de inversión garantizados y a los fondos de pensiones garantizados.

Cuando invierta, ¡no se tape los ojos!

A pocos meses del estallido de la crisis de crédito de 2007, me encontraba en un corrillo de gestores españoles antes de una reunión en las oficinas de un banco de inversión americano en Madrid, y nos estábamos preguntando quién estaba invirtiendo en los productos estructurados apalancados de crédito que ofrecían la mayoría de entidades. Eran activos que habían ido muy bien en 2006 debido al estrechamiento de los diferenciales (primas de riesgo de crédito).