Fondos españoles: cómo salir al mercado europeo sin cambiar de bandera

En el corazón de Europa, donde las fronteras regulatorias deberían ser cada vez más permeables gracias al pasaporte europeo UCITS, sorprende descubrir que los fondos de inversión españoles siguen siendo, en su gran mayoría, productos de consumo exclusivamente doméstico. Pese a contar con una regulación armonizada que permite su comercialización en cualquier país de la Unión Europea, los fondos españoles, con ISIN que empieza por ES, apenas se distribuyen fuera de España. Mientras tanto, los fondos domiciliados en Luxemburgo (ISIN LU), Irlanda (IE) o Francia (FR) fluyen sin fricción por los mercados europeos, incluidos los canales de distribución españoles. La pregunta es inevitable: ¿por qué los fondos españoles no logran cruzar la frontera?

La respuesta no está en la normativa española, que permite crear fondos plenamente compatibles con los estándares UCITS, incluyendo la posibilidad de ofrecer múltiples clases de participaciones, compartimentos e incluso denominarlas en distintas divisas. España cuenta con un marco legal sólido que permite estructurar vehículos con flexibilidad. Sin embargo, la realidad operativa y comercial es muy distinta. Los fondos españoles, en su mayoría, no están diseñados con vocación internacional y, sobre todo, no disponen de la infraestructura ni del reconocimiento comercial necesario para abrirse camino en otros mercados europeos.

El primer obstáculo se encuentra en los trámites necesarios para que una gestora española pueda comercializar un fondo ES en otro país europeo. Aunque la directiva UCITS permite el pasaporte comunitario, en la práctica, cada país exige un proceso formal que incluye la notificación al regulador local (a través de la CNMV), la traducción del folleto y del KID, el nombramiento de un representante local o agente de pagos, el cumplimiento de requisitos fiscales y de reporting adaptados a la legislación nacional y, en muchos casos, el pago de tasas anuales. Este proceso debe repetirse país por país y renovarse periódicamente. A eso se suma el esfuerzo comercial de cerrar acuerdos con redes de distribución, bancos, plataformas o asesores financieros locales, que rara vez están dispuestos a incorporar productos poco conocidos y sin historial en su mercado.

Por el contrario, cuando una gestora española decide crear un fondo espejo en Luxemburgo, hereda de inmediato una estructura preparada para la distribución internacional. Los fondos UCITS domiciliados en Luxemburgo están ya diseñados para ser reconocidos automáticamente en múltiples países. Disponen de documentación estandarizada, agentes de pago homologados en toda Europa, estructuras multiclase y multicanal listas para ser activadas y, sobre todo, una percepción de producto fiable y global. Para las gestoras españolas y otros promotores de fondos como empresas de asesoramiento financiero resulta mucho más sencillo y eficiente crear un fondo en Luxemburgo, que replique al fondo español original, y utilizarlo tanto para vender fuera como para distribuirlo en otros grupos financieros españoles diferentes al de la gestora a través de plataformas como Allfunds, Inversis o bancas privadas que ya trabajan con productos LU.

Básicamente las gestoras tienen 4 opciones: constituir directamente los nuevos fondos en Luxemburgo; crear un nuevo fondo en Luxemburgo adicional e independiente que replique la estrategia del español; crear un masterfeeder luxemburgués (fondo principal) y que el español (fondo subordinado) invierta exclusivamente en el fondo en Luxemburgo o crear un fondo en Luxemburgo y que ese fondo absorba al fondo español. Habría una quinta opción que consiste en que el masterfeeder sea el fondo español y el luxemburgués invierta el 100% de su patrimonio en el español, pero esto no es aconsejable porque los mayores costes fijos internos del vehículo luxemburgués divididos entre un patrimonio menor provocan que el ratio total de gastos del fondo luxemburgués sea muy superior al del español, algo difícil de explicar comercialmente.

Este enfoque no solo ahorra trámites regulatorios, sino que también evita barreras prácticas. Aunque los fondos con ISIN ES pueden estar integrados en plataformas paneuropeas como Clearstream, Euroclear o FundSettle, no lo están de forma generalizada ni por defecto. Su escasa demanda internacional y la falta de incentivos por parte de las gestoras para registrarlos en esos sistemas hacen que su presencia sea marginal en comparación con los fondos LU o IE. En cambio, los fondos luxemburgueses están integrados de forma nativa en estas plataformas, lo que permite realizar transferencias, liquidaciones y registros de posiciones entre comercializadores de distintos países sin fricciones.

La consecuencia es una paradoja: España tiene un marco legal compatible con la normativa europea, buenos gestores y una industria eficiente a nivel costes, pero no logra exportar su producto. No por falta de capacidad técnica, sino por la combinación de obstáculos regulatorios, costes de entrada país a país y una infraestructura de distribución pensada únicamente para el mercado local. En cambio, Luxemburgo se ha convertido en el estándar de facto para la comercialización europea, no por ser más sofisticado en gestión, ni más barato, sino por haber construido un ecosistema que facilita la escala internacional desde el primer día.

Revertir esta situación exige una visión estratégica coordinada. En primer lugar, sería necesario simplificar los trámites de pasaporte desde España, mediante acuerdos de reconocimiento recíproco más ágiles o una ventanilla única europea más eficaz. Además, debería impulsarse el desarrollo de una infraestructura operativa que permita a los fondos con ISIN ES integrarse de forma nativa en las plataformas de custodia y distribución internacionales. Esto solo será posible si CNMV, Ministerio de Economía, plataformas de distribución de fondos y asociaciones del sector articulan una estrategia conjunta para reposicionar el fondo español como producto competitivo y portable.

La razón de ser de las plataformas de distribución de fondos es precisamente hacer la vida más fácil a gestoras y entidades comercializadoras para que ni unas ni otras tengan que cerrar decenas de acuerdos comerciales con proveedores o distribuidores. Desde un punto de vista estratégico, estas plataformas deberían estar encantadas de poder facilitar a las gestoras españolas acceder a distribuidores europeos, no solo españoles. El problema son las trabas normativas y burocráticas que se encuentran. Por ello, necesitan el máximo apoyo del regulador y del supervisor para que se vayan abriendo las puertas que hoy están cerradas para los fondos nacionales.

Mientras tanto, los fondos con matrícula extranjera seguirán incrementando su cuota de mercado en España porque es el propio talento nacional el que crea productos extranjeros para venderse principalmente en España y en menor medida fuera. Se hace a pesar de que los costes internos de los fondos extranjeros son muy superiores a los nacionales. Es decir, los fondos con ISIN ES generan más rentabilidad neta a los inversores a igual rentabilidad bruta.

Es una pena que sean los fondos con estructura interna más cara, pero homologada en toda Europa los que se impongan.

Puedes leer el artículo en Cinco días.

También puedes escuchar el blog en Intelivoz en las siguientes plataformas:

Spotify

Amazon Music

Ivoox

Google Pódcasts